lunes, 5 de abril de 2010

Cuento antiguo.

He decidido subir este cuento que fue uno de los que envié a Santiago en 100 palabras y en realidad en un comienzo me gustó mucho sin embargo a pasado el tiempo, han cambiado algunas cosas, como suele suceder y ahora no me gusta sin embargo siento que aún hay algo que me une a el por lo mismo he decidido subirlo. No queda tinta en el tintero ni hojas en los cuadernos sólo queda la imaginación de momentos que nunca me pertenecieron ni existieron.

Utilidad de los libros


Cuadras y cuadros lo ayudaban a llegar cada día a la biblioteca, todo era más torrentoso de lo que creía. Calles y retratos, por unas caminaba por las otras cobraba. Invierno en un castillo medieval. Ventanas abiertas, puertas cerradas. El tubo fluorescente malo oscila entre encendido y apagado. No tiene donde dormir, en el metro Grecia ahora hay guardias de noche. Un libro en sus manos, tres opciones comerlo, leerlo o meterlo entre sus ropas arrugando cada hoja para disminuir el frío. Noticias a la mañana siguiente dicen que muere un mendigo de inanición y con escarcha entre sus manos.

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