lunes, 24 de mayo de 2010

“un oasis de horror en medio de un desierto de aburrimiento” Llegó esta frase a mi cabeza mientras me encontraba en un banco de plaza egaña. El por qué de la frase no lo entendí hasta ahora que comienzo estás líneas. Eran dos jóvenes alrededor de unos veinte y algo años que se encontraban atrás de mi haciendo la fila para ser atendidas en el servicio de atención al cliente. Tenían sus mochilas llenas de cosas y su pelo y pinta de universitarias ultra locas, la más alta tenía en su mano izquierda “2666” la otra unos documentos que alcance a divisar trataban de Jünger me pareció anecdótico por dos razones: la primera era que estaba parte de Roberto Bolaño atrás de mi y la otra que en ese mismo libro Espinoza personaje de la novela había participado en un grupo que admiraba a Jünger por lo mismo comencé mi sospecha de que quizá ambas jóvenes eran estudiantes de literatura y estaban realizando algún trabajo de la obra póstuma de Roberto. Bueno pero volvamos a la frase no tenía idea de donde había salido osea sabía bien que era de Badulaire pero estaba seguro que no pertenecía a “las flores del mal” libro que en más de alguna ocasión ya he leído. Producto de mi impaciencia y curiosidad seguí largo y tendido rato observandolas de manera casi imperceptible, intentando conseguir la mayor información posible de la observación que estaba realizando obviamente no pude contenerme de escuchar lo que hablaban y sólo eran cosas triviales sin mayor sentido para lo que yo quería escuchar. Llegó mi turno me fue pésimo por no haber hecho unos tramites así que me retire sin pena ni gloria de aquel banco.

Me vine caminando por irarrazaval (que si bien aún no se como se escribe puesto que en historia sale con “V” y también con “B” en las calles pasa lo mismo sale con ambas y yo que no soy un animal erudito sólo me limito a aprender aún no tengo idea de cómo se escribe” bueno emprendí mi camino solo (ese si sé que es sin tilde) y me detuve a contemplar un edificio que me ha llamado la atención desde un tiempo atrás. Me senté en la vereda al costado de un árbol y prendí un cigarrillo (el último de los que no estaban sometidos al impuesto en mi bolsillo) y me quedé un rato mirando el edificio.

Terminé de fumar y caminé sin sentido pero con dirección a mi casa. Pase a la casa de mi hermana Viviana que me había llamado para que fuese a su hogar y me invitó a almorzar ya que tenía asado. Bebí una copa de vino y una lata de cerveza y emprendí mi viaje nuevamente a mi casa. Revisé mi correo tenía tres mensajes los respondí y comencé a leer el diario. Pasó el rato y me llamaron para hacer clases de matemáticas, hice las clases y comencé a imprimir un libro que quiero palpar. Terminado de imprimir el libro recibí un llamado telefónico era de la Kathy o Cati o Katty no se como será su nombre porque si supiese por lo menos que se llama Catherine seria Caty o Cati o Katy no se pero si se llama Catalina sería por lo menos para mi Cata o Kata no se la cuestión es que me llamó para que nos juntáramos para estudiar Matemáticas.

A estas alturas de mi vida he hecho tanta clase que la materia la domino muy bien pero sin embargo estoy un poco aburrido de hacer clases puesto que si tanto me gustara hubiese estudiado pedagogía o simplemente hubiese continuado mis estudios matemáticos universitarios cosa que ambas no me llaman la atención. Bueno acordamos una hora para juntarnos hoy hora que no será puesto que yo tengo un compromiso mayor asignado por ende cuando me llame le diré que mejor vaya otro día a mi casa. Bueno a lo que iba ahora estaba en latencia por llamarla de alguna forma y miré mi pequeño y satisfactorio estante con libros que tengo en mi pieza a mis espaldas de donde suelo escribir y tomé “2666” y comencé a hojearlo azarosamente como suelen ser muchas cosas en mi vida, de pronto me percaté que en la primera pagina después de la dedicatoria a “Alexandra Bolaño y Lautaro Bolaño” venía la frase que me puso en estado de alerta en aquel banco era la frase de Badulaire de ahí había salido. Ahora si bien descansé de mi curiosidad surgieron otras y son por las cuales estoy escribiendo estas palabras. Cuáles son: ¿Aquellas jóvenes eran estudiantes de literatura?, ¿sabían la relación entre Jünger y 2666”, ¿se habrán percatado que afuera del banco vendían replicas del pintor italiano Arcimboldo? ¿Si lo notaron habrán dado importancia a todas las señales de está situación? Ósea yo en el banco un conocedor mas menos bueno de las obras de Roberto Bolaño, Arcimboldo es muy símil en nombre a el personaje de la novela Benno Von Archimboldi, Jünger y Espinoza también aparecen mucho en la novela, la numeración del banco es plaza egaña numero 50 y Roberto Bolaño murió a los 50 años. Para mi ahora todo es un mar de dudas e incertidumbres lo único que en estos momentos anhelo es volver a encontrarme con ellas y hablar de todo lo que acabo de escribir que sin duda alguna para mi no es casualidad sino más se tilda a causalidad.


Ahora me iré a la ducha, leeré un rato y saldré a mi compromiso. Por otro lado no tengo noticias. Sólo que estoy ensimismado en una discusión del impuesto al cigarrillo en la tercera online y nada más. Apagaré el computador y quién lo lea bueno quizá nadie pero si es que alguien lo llega a hojear no me puede negar que lo que pasó no fue a el azar o quizá yo ando en busca del sentido a lo sin sentido de lo cotidiano o lo cotidiano tiene más sentido del que la mayoría de las veces nos damos cuenta. Ahora saldré con los ojos abiertos, la boca cerrada y los oídos listos y dispuesto el problema ahora es mi percepción. Digo “queda lo que quema” que buen tema y también me suena Fulano de Kaskivano, recuerdo a Jesús y al Nelson que no veo hace tiempo. Viajo a mi puerto al parecer mañana si me va bien en todo. Adiós.

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