miércoles, 5 de mayo de 2010

extracto de "escritos para el desvelo"

este pseudocuento es lo que estoy trabajando en esta semana se me ha hecho bastante díficil puesto que es uno de los primero escritos que tengo que intentar ser un detective. Debido a que no es un genero que en particular me interese pero es para participar en un concurso de esa índole.

Escritos para el desvelo.

Caía un martes como ventisquero de octubre, en madrugada despuntaba el sol por la cordillera como ápices que se asoman entre las aceras olvidadas de alguna población de esas que aparecen en los noticiarios, en la prensa sensacionalista o simplemente en las crónicas rojas. Marcel acostumbrado a dormir poco no porque le gustase desvelar sino por no poder dormir, con los ojos abiertos y en dirección al costado izquierdo de su cama maleaba aquella posibilidad que el Peyo le había planteado a pesar de que no le convencía, le atraía la idea y más que esa cierta atracción era algo que necesitaba. Su corazón estaba cada vez más vacío y distante de si, aquella dualidad de lejanías entre lo uno y lo otro lo hacían replantear más y más la posibilidad real que Peyo le había planteado. Afuera penaban los noctámbulos y lucífugos habitantes: traficantes, ladrones, prostitutas, los fijos y constantes habitantes de las esquinas, alcohólicos en compañía de fogatas en aquellas plaza aledañas a el lugar donde intentaba pernoctar, carritos de sopaipillas, niños jugando en las calles mientras sus padres se drogaban, su padre alcohólico, su madre abusada, su hermano esquizofrénico, una hermana de la cual las noticias eran mas bien escasas, gatos que maúllan, perros que ladran a los drogadictos que no duermen y si es que lo hacen se turnan entre ellos para dar la sensación de un despertar constante, un deambular sin punto de descanso, una marcha y fluidez circular. El reclinado de espaldas mira como aparece entre la negrura de la noche, la plumavid como dientes de mounstro en una cueva en que las paredes son de cholguan y siente como se asoma una brisa de aire frío por el costado de esa ventana con el vidrio a medio quebrar parchado con cinta adhesiva. Nada es tan frío como cuando el frío cala el alma y ahonda en el sentir Él lo sabe muy bien su vida ha transcurrido en esas gélidas condiciones.

No hay plata para el pan de mañana, ni siquiera queda té. Su hermano enfermo necesita los fármacos que si bien se los regalan en el consultorio su padre los roba y los vende a algún drogadicto local o bien los utiliza el a pesar de que su especialidad y rubro es la cocaína y la pasta base pero cuando no alcanza para ella podría llegar a: permutar, robar, comprar, conseguir o hacer magia para conseguir; morfina, diamorfina, ciclocina, codeína, temazepán, nitrazepan, fenobarbital, amital sódico, dextropropoxifeno, metadona, analbufina, pecinina, pentazocina, buprenorfina, dextromoramida, clorometiazol, aspirina, panadol, clonacepam, loratadina, viadil, jarabe para la tos, lo que viniera estaría bien si necesitaba meterse algo al cuerpo incluso supositorios. Su madre trabaja de lo que podía intentaba ganarse algo para el pan la especialidad de la casa era pan con aceite y sal era un manjar que sólo lo podían repetir un par de veces a la semana acompañado de un té era un platillo para invitados. Su hermana si bien nunca más había vuelto a verlos rumores decían que trabaja en un café con piernas en puente alto y que también prestaba servicios de prostituta además de haberse desempeñado en el oficio de mula que son aquellas personas que pasaban la droga de un país a otro, eso si que era el orgullo de la familia un integrante que había salido del país era algo que comentaban los vecinos a la hora de ir a comprar el pan o simplemente ir a jugar a las maquinas de apuestas que con sólo cien pesos sacaban a aquellas dueñas de casa de su rutina y desgastantes vidas.
En la población donde vivía cada uno se las arreglaba como podía, los oficios eran variados para un citadino normal pero en aquello lugares eran del todo normales. Podía encontrar lo que quisieras era un submundo en un mundo de posibilidades, habían costureras, zapateros, servicios técnicos informales, componedoras de huesos, botillerías clandestinas, revendedores de productos robados, traficantes, ladrones, asaltantes, mecheras, chóferes de taxi, pseudos enfermeras con pseudos médicos también, albañiles, dueños de negocios, feriantes, prostitutas, perkins (eran tipos que por un par de monedas podían pagarte las cuentas hacer las compras todo cuanto quehacer pudiese ser entregado a ellos), sicarios, personas que podían conseguir documentos ya sea: licencias medicas, papeles judiciales, permisos para conducir, desaparecer multas de transito, recetas para comprar fármacos, documentos de trabajo, pasaportes, conseguir entradas a algún lugar, borrar de dicom, etc. Todo lo que legalmente para algunos era difícil de conseguir bastaba con hacer algunos llamados y caminar un par de pasajes y lo conseguías todo, podías tener el mundo al alcance de tus manos si contabas o con el dinero suficiente o con los amigos y contactos necesarios.

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